Cata maridaje en María Manuela-La Cata con Bodegas Luis Cañas
María Manuela-La Cata se ha convertido ya, por derecho propio, en uno de los rincones gastronómicos "top" de Vigo. Cocina insuperable, dotada de sentido y delicadeza, en un local acogedor a más no poder.
En la noche de ayer vivimos una muestra más del nivel que han llegado a alcanzar, porque sus creadores, Jimena y David, nos ofrecieron una cena compuesta de cinco platos maridados con vinos de la bodega Luis Cañas que alcanzó la perfección. El resultado, un reflejo del tipo de cocina que María Manuela elabora cada día.
Para esta ocasión comenzamos con una de sus creaciones de más éxito, una crema de langostino y pimiento del piquillo asado, premiada como mejor tapa en el concurso de Casco Vello 2015 y segunda finalista en O Petisquiño 2016. Una delicatesen para abrir boca con un vino blanco de la Rioja.
Cuando hablamos de gastronomía, siempre hay diferentes gustos y preferencias pero, para el que junta estas letras, lo que vino después fue un momento de felicidad completa.
El motivo, el segundo plato: una mini burguer de caballa sobre mahonesa de tinta de calamar, cheddar, cebolla pochada y triple chips de yuca, boniato y plátano. Suena bien y sabe insuperable; una explosión de sabores y matices que emocionan. Solo nos quedó rogarles que la incluyeran en la carta, pero claro, no siempre se puede disponer de la caballa en el mercado así que quedará como sugerencia del día. (Por favor David, mándame un "wasap" cuando la volváis a hacer). La burguer, acompañada del crianza de Luis Cañas que nunca falla, impresionante.
No se puede ser más creativo y acertado en la cocina, y el tataki de vaca vieja con emulsión de albahaca y fresa y virutas de idiazábal fue otra joya que se inventaron para la ocasión y si lo maridan con un rioja reserva, pues genial.
Otro platazo que bordan en María Manuela, las carrilleras de cerdo ibérico con crema de patatas estofadas con Luis Cañas y chocolate y semillas de amapola con hilos de chile, con una copita de gran reserva, a uno se le saltan las lágrimas. Desde la mañana, a fuego muy lento preparándose las carrilleras, homenaje a la cocina tradicional que tanto nos gusta.
Para terminar, porque solo se vive una vez y maridado con un Luis Cañas "Reserva de la familia", una codorniz con suave escabeche de naranja y cardamomo, con arroz salvaje y frutos secos. Otro plato redondo, sutil y elegante que a pesar de ser el último nos sienta de maravilla. Y por último, haciendo un guiño más a la gastronomía tradicional gallega, unas cañitas de deliciosa crema casera.
Jimena y David nos ofrecieron anoche una cena de diez que quedará para el recuerdo, pero todos los días le ponen la misma pasión junto con todo su equipo.
Los tenemos en la plaza de Compostela, en ese círculo mágico de gastronomía de nivel del que un día habrá que hablar más detenidamente.
Gracias, chicos y hasta muy pronto!!!
