Restaurante Cervecería Imperial, Vigo

El Restaurante Cervecería Imperial, en la calle Colombia 24, cumple 20 años, una cifra que solo está al alcance de los locales hosteleros que han sabido hacer muy bien las cosas. El Imperial se ha convertido en uno de los imprescindibles de Vigo, por su honestidad y su constancia en el trabajo, y ejerce una gran influencia en toda su zona de Pizarro y más allá, bien lo saben los vecinos de Casablanca, el Calvario y Llorones. Este nivel de popularidad gastronómica se ha conseguido a base de un trato amable y muy buena cocina, la tradicional gallega con el producto más natural, el de mercado y lonja, el que llega cada mañana a esa casa para organizar la jornada y preparar las recetas de toda la vida.

 

Con los pescados salvajes, sargos, merluzas, lubinas, bacalao..., las carnes y los vegetales, se elaboran las especialidades: el pulpo a feira, los choquitos a la plancha con su sofrito casero, los calamares al imperial, el bacalao a la portuguesa con patatas, cebollita y pimientos, los callos, los garbanzos con chorizo y todos los platos de cuchara, el guiso de jarrete, cazuelitas y pescados a la parrilla, zorza a la gallega, lacón con grelos y las setas en temporada, el solomillo, el entrecot de ternera y las chuletillas de cordero....En fin, de todo y buenísimo, sin olvidarnos de las famosísimas tablas de jamón, queso y embutidos, para disfrutar con los vinazos que con tanto esmero se recopilan en la bodega.

 

Como todos los establecimientos hosteleros que consiguen perdurar tanto tiempo, el Imperial tiene alma y mucho corazón, el que le ponen el gran Amadeo da Silva y Dora Duque, hosteleros de vocación, y bien se nota por el ambiente familiar que se percibe en el local a diario. Hay otra persona muy importante en el Imperial, se trata de Concepción Rodríguez, Conchi, la cocinera que con tanto cariño y acierto elabora las tapas y platos que son la garantía de la casa.

 

El Imperial también es cervecería y vinoteca, un espacio con ritmo constante, un lugar animado donde se reúne la gente, también fuera de las horas de las comidas, donde todo el mundo es bienvenido y los pinchos con las consumiciones son un acontecimiento. El local  es perfecto para el tapeo y la diversión, mucha madera, piedra y detalles, botellas de buen vino y dos décadas de historia, mucho vivido y tanto por vivir. La parte de fuera hace esquina y preside la zona, con mucho espacio donde disfrutar a pie de calle, sentir la ciudad mientras se come y se bebe muy bien , como toda la vida en un buen restaurante gallego.